Al infinito va llegando su ánima
Cruje tu entraña de dolor atenazada
ella sufre por no beber tus lágrimas
y se despide con elegancia alada.
Le diste los cuidados y el amor
que llenaron sus noches y sus días
la acariciaste con todo tu fervor
y en sus ojos mostraba su alegría.
Y no esos ojos plagados de tristeza
que buscan con anhelo tibias manos
pues es solo caricias lo que esperan
inutilmente, perros abandonados
.
Y yo beso a mi Ringo, hoy como nunca
que se me pone tierno boca arriba
mientras pensando en tu perrita lloro
y mis lágrimas le riegan la barriga.
El tragó soledades de barriada
golpes de necios e indiferencia bruta
de este planeta que gira indiferente
generando manadas de hijos puta.
¿donde estás Dios?
¿adonde te has metido ?
¿te importa todo un huevo ?
¿ estás dormido?.
Gracias Juan por tu poema son palabras que mitigan un poco mi pena por que tengo la seguridad de que me comprendes
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